No habían pasado más de cinco años desde la explosión cuando el comandante Alfredo Sánchez creó la Escuela Superior de Bomberos de Cali, además del Departamento de Extinguidores. A partir de ese momento, la ciudad quedó con un Cuerpo de Bomberos acondicionado para batallar con escuadrones especializados.
La Escuela Superior de Bomberos extendió sus terrenos y mejoró su capacidad instalada al punto de cambiar de nombre. En 1997 pasaría a llamarse Escuela Interamericana de Bomberos y desde el 2017 los Cuerpos de Bomberos de Colombia dependen del Ministerio del Interior.
EL AUGE DE UN GRAN HOSPITAL
La explosión, en parte, aceleró el desarrollo del Hospital Departamental del Valle, reconocido en la segunda mitad del siglo XX como el mejor centro médico del suroccidente colombiano y uno de los primeros en atender emergencias después de la explosión. Jaime Korgi recuerda haber caminado media vida en los pasillos del recinto médico.
«Éramos pioneros. Hacíamos cirugías que nadie más estaba en capacidad de hacer, porque teníamos equipos de punta. Así que fuimos el mejor hospital durante mucho tiempo. Si me preguntan si la explosión tuvo que ver con eso, yo creo que sí. Hubo un afán por responder de la mejor manera a las necesidades clínicas de la región».
Máquinas extinguidoras del nuevo Cuartel General de Bomberos de Cali. | Foto: L. Ceballos.
Hospital Universitario Departamental “Evaristo García”, piso de Pediatría. | Foto: L. Ceballos.